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sábado, 15 de septiembre de 2012

Què està passant amb el consens constitucional?


He llegit un important i particularment interessant article del magistrat Joaquim Bosch. Coincidisc amb ell en que la bateria de mesures que estan dinamitant l'Estat del Benestar que hem construït durant les darreres dècades estan fent malbé, estan esmicolant el consens constitucional. El partit que sustenta l'actual govern, presidit per Mariano Rajoy, va fer bandera pròpia i exclussiva de la Constitució de 1978 durant els darrers deu o dotze anys, si més no. Ells i sols ells, el Partit Popular, n'eren els paladins, els guàrdies de corps de la Constitució espanyola i la defensaven aferrisada i valerosament de tos els demés. Ara, però, estan violentant-la sense pudor. ¿Què podem fer aquells que, sense sacralitzar-la, vam entendre-la com una Carta Magna que donava marge suficient per a construir un Estat democràtic, plurinacional i socialment avançat? Què podem fer?

Bosch, que és portantveu de Jutges per a la democràcia, escriu al seu article de Público: "Los cambios pretenden convertirse en estructurales. Y miran en el horizonte de determinadas apuestas de parte de la sociedad norteamericana, cuyos corifeos más entusiastas proceden del denominado Tea Party. Buscan una sociedad con intensas desigualdades sociales, en la que los sectores privilegiados sean cada vez más fuertes, en la que se privaticen los servicios básicos y en la que se deteriore lo público para la mayoría de la población. Se trata de una seria embestida de aquellos que Tzvetan Todorov ha llamado enemigos íntimos de la democracia, es decir, de los que se oponen al concepto del bien común y a los derechos de los ciudadanos. Puede ser comprensible que algunos defiendan esa nueva sociedad. Pero hay que recordar que esa apuesta se ubica fuera de nuestra Constitución y de nuestro sistema de derechos fundamentales, que se incardinan en el modelo social europeo. Las medidas que se están acordando rompen el consenso constitucional y las bases fundamentales de la convivencia ciudadana".

Roda i volta amb la Constitució de 1978. La lectura d'un post del professor Andrés Boix em connecta també amb la reflexió sobre l'inquietant article de Ximo Bosch. Amb Boix tornem a la Constitució i a la política recentralitzadora per la via de l'asfixia financera que el Govern Rajoy ha dissenyat per executar eixa rebaixa de l'autonomia real de les regions. L'article de Boix és llarg i documentat, però en la mateixa mesura és clar i contundent. Un fragment, que connecta amb l'actualitat més estricta després la manifestació de l'11 de setembre a Catalunya: "... resulta grotesco que haya que "rescatar" a ciertas regiones con una parte del dinero de más que éstas llevan aportando desde hace años. Pero así funcionan las cosas aquí. Por este motivo, además, quien tiene que "rescatar" es un Estado en quiebra desde hace tiempo, un muerto viviente desde el punto de vista económico, que enfangando en sus propias mentiras acabará siendo, a su vez, "rescatado" sí o sí desde fuera. O dejando de pagar su deuda (lo que resulta pradójico, pues las nuevas leyes no dejan que las CC.AA. lo puedan hacer y, se supone, tampoco el Estado podría hacerlo sin incumplir el nuevo 135 CE). Es decir, que estamos hablando de una gigantesca farsa que sólo sirve a los intereses sesgados de quienes además de haber manejado este cotarro como lo han manejado ahora quieren aprovechar el desastre para incrementar su cuota centrípeta de poder. Este proyecto de recentralización, que jurídicamente ya ha empezado a desplegar sus fichas, puede generar un enorme conflicto en esta España en crisis. Porque con las cosas de comer no se juega. Y menos todavía cuando tenemos el panorama que tenemos. Pero si encima se juega haciendo trampas, con un prejuicio ideológico que busca un determinado objetivo al margen de datos, números y cualquier suerte de evidencia la receta para el desastre está completa. En España, además, a todos estos ingredientes vamos a añadir la confrontación directa y cada vez más salvaje entre ciudadanos de primera y ciudadanos de segunda que esto va a acabar generando. Al tiempo".

Dos juristes ens alerten sobre la delicada situació a la qual es troba el consens constitucional i, per tant, el model d'Estat que majoritàriament va ser aprovat en desembre de 1978. Qui està trencant eixe pacte de convivència?

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